Descargar Torrents no supone ningún problema, salvo que contenga archivos protegidos por derechos de copyright. En ese caso podría entenderse que el usuario está realizando una descarga ilegal. Sin embargo, y en todo caso, siempre que sea sin ánimo de lucro esto no constituye un delito. Al menos a 2020, con la normativa actual en la mano.
Estaríamos hablando de una conducta ilícita y sus consecuencias podrían ser tener que pagar una indemnización al autor de los derechos de propiedad intelectual del archivo que hemos descargado. Es decir, podríamos vernos obligados a pagar un determinado “peaje” por haber consumido esos contenidos.
Algunos abogados especializados en derecho digital matizan que no es lo mismo descargar que compartir, aunque esta terminología es difusa por la propia naturaleza del protocolo BitTorrent donde los usuarios descargan y comparten a la vez. Por si fuera poco, también hay que tener en cuenta que una IP sólo identifica una conexión a Internet, no una persona. Un intruso podría descargar dicho contenido por WIFI…